lunes, 7 de octubre de 2013

MUY BUENA REFLEXIÓN PARA MENCIONARLA EN EL HOMENAJE

Quien te diga…
Joven, quien te diga que tu vida es un milagro, tiene razón.
Te lo diré brevemente; ‘Al buen entendedor, pocas palabras’.
Pero antes…
Nada de frases sentimentales que remuevan tus fibras más íntimas y te pongan a llorar. Nada de palabras adornadas que vayan directo al corazón como si de dardos se tratara. Nada de religiones, ni de recurrir a Dios o a la Biblia. Nada de la influyente vida de Buda, Mahoma o de Jesucristo. Nada de manipulaciones mentales hechas por psicólogos expertos ‘lavadores de cerebros’. No, el asunto de tu vida es una cuestión natural, azarosa y única, dicho de otra manera: dentro de lo natural tuviste la suerte de nacer.
Te doy siete razones para que reflexiones si tu vida es un milagro o no.
En primer lugar, para que la vida exista en la tierra se necesita que ésta esté a la distancia adecuada del Sol. Ni más lejos, ni más cerca. ¿Y qué son los millones de kilómetros a los que la Tierra está del Sol dentro de un universo de gigantescas dimensiones?. Prácticamente es una suerte que nuestro planeta esté colocado a la distancia justa.
En segundo lugar, la vida requiere tiempo. Tuvieron que pasar millones de años (quizá billones) en los que pudo sucederle cualquier cosa al mundo y quizá desaparecer del universo.
En tercer lugar, existieron grandes cambios climatológicos antes de que los primeros seres humanos aparecieran sobre la faz de la tierra. Pestes, hambres y miserias asolaron al planeta, grandes catástrofes que desaparecieron especies, desastres mayúsculos. Y a pesar de toda esa odisea global la especie humana se abrió camino en la evolución y permaneció.
En cuarto lugar, tuvieron que existir los seres humanos necesarios para que a su vez facilitaran tu existencia. Padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos y más allá los ascendientes que a tu línea familiar o genética pertenezcan. ¿Si tus padres biológicos no hubiesen existido habrías existido tú? igual tus abuelos, bisabuelos y demás. La vida es una cadena en la que el último eslabón eres tú.
En quinto lugar, de la relación íntima de tus padres, de los millones de espermatozoides que produce un hombre, uno tuvo que ganar la carrera y fecundar un óvulo de tu madre el día y la hora precisa. De esa unión fuiste concebido, pero fácilmente pudo resultar otro.
En sexto lugar, durante tu gestación muchas cosas pudieron sucederles a tu madre y a ti que alteraran tu formación y crecimiento dentro de la matriz, en el peor de los casos pudiste haber muerto en el vientre de tu madre.
En séptimo lugar, naciste y desde entonces; ¿Cuántas veces has estado a punto de morir?.
Por todo lo anterior dime entonces si no es un milagro que estés vivo…
Pero todo lo anterior ya pasó y lo que realmente importa ahora es…

¿Qué tanto haz hecho con tu vida? ¿Qué tanto aprovecharás el breve lapso que te tocó vivir?

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